Cuando tenga que ir, yo no quiero sentir que no aproveché bien los años que viví. Que no supe apreciar a quienes conocí, que no supe luchar por aquello en que creí, que no reconocí todo lo que hice mal y que no me esforcé para no hacerlo más. Mil historias van ya, y las que quedan por llegar, y unas veces reír y otras veces llorar. Intentar aprender para hacerlo mejor y poner voluntad y poner corazón. Y poner corazón, aunque te hagan sangrar, y tener el valor de querer escuchar.