Abraza el dolor y respira.
Quiérelo como nunca has querido a nadie.
Deja que pase a través de todo tu cuerpo, a través de cada hueso, gota de sangre y poro de tu piel.
Deja que penetre y te inunde. Que te inunde pero no ahogue.
Acepta el dolor como tuyo, porque lo es. No lo escondas, porque no puedes.
Abrázalo y respira.
Abrázalo y deja que pase a través de ti.
Abrázalo para recordarlo.
Para poder valorar cada minuto de felicidad y para poder aprender de él.
Abrázalo sin dudas, y con ellas, pero por encima de todas las cosas abrázate a ti, ámate con todo tu ser y nunca permitas que el dolor te nuble.
Tú eres tus momentos de felicidad pero también los de dolor, y no son opuestos.
Así que hazlo.
Abraza el dolor y respira.
Dubhe.
Otoño 2018