Relatos 12

«Hay gente que mira al sol todos los días
y se enorgullece.
<> dicen.
Pero yo, entonces,
por un rayito de sol amarillo,
reflejado sobre mi pared, hubiera dado todo un mundo.»

V. Maiakovski

Relatos 11

‘Cada vez que vemos una película que nos llena en distinto ámbitos, la hacemos nuestra y entra a ser parte de nosotros. El cine como lenguaje universal de las emociones humanas, sus intrigas, fantasías, dramas, infinitas alegrías y profundas tristezas; nos hace viajar desde nuestros asientos hacia los lugares más cercanos desde nuestra propia humanidad y dar saltos agigantados a los lugares inhóspitos, desde los físicos que nuestros pies desearían tocar hasta los más profundos rincones de nuestra alma y consciencia.
Ingmar Bergman sostenía la siguiente afirmación “Ningún arte traspasa nuestra conciencia de la misma manera que lo hace el cine, tocando directamente nuestra emociones, profundizando en los oscuros habitáculos de nuestras almas”, a esto le sumaríamos una frase de Edgar Allan Poe, pero se debe asimilar al cine, él dijo “Durante la hora de lectura, el alma del lector está sometida a la voluntad del escritor”. Aunando estas dos afirmaciones, el cine entra de una forma directa a nosotros, la historia nos atrapa el tiempo justo, medido desde la primera toma hasta la aparición de los créditos finales, pero la experiencia vivida deja una huella perenne en nosotros, tocando nuestro ser y adicionándole algo nuevo. La maestría del cine deja huellas imborrables como las del pie de un gigante sobre la suave arena.’

Autoría – ¿?

Relatos 10

‘Me dejaré caer en los pastos que cubrirá la nieve para que de las cuencas de mis ojos nazcan flores que irriten a quienes prefirieron la muerte a la poesía.’

Fragmento de la segunda derrota de ‘Los girasoles ciegos’ – Alberto Méndez

Relatos 9

Le construimos una vivienda al miedo:
de cien paredes sólidas,
de criadas silenciosas,
de duelos encerados
y techos robustos.
Él fue, entonces y ahora,
el único animal doméstico.

Cobijar el miedo,
como si fuese un exiliado,
un herido de guerra.
sorprenderse después de que domine
todo.

Teresa Soto (Nudos, Arrebato Libros)

Relatos 8

Quisiera llevar siempre la cuenta de tus pestañas
Andar enredada en tu pelo y tus canciones
Mientras me echo crema pa las manos, desgastadas de acariciarte
Podría recorrerte sin miedo y sin mapa
Acompañarte en tus caminos y lanzarme a tus abismos
Y jamás creer mi suerte al rozar contigo
Y aunque es caprichoso el tiempo
Y aún más implacable el calendario
Aunque no me dejen, reina mía,
Amanecer todos los días recubriéndote de regalos
Nos veremos en cada luna y cada amapola
Y seremos la una para la otra
Bálsamo para alma rota

F.G.D

Relatos 7

Como si fueses,
la primera acepción de perfección de todos mis diccionarios,
los escalofríos de mi espalda y las caricias en potencia
La lógica de las carcajadas y el marcapasos de la risa
Los susurros de rebeldía y los aullidos de libertad

Eres. Compleja sensación, simple certeza.

F.G.D.

Relatos 6

Una tarde de domingo
me escurrí en tus calles,
eché el ancla
y descendí a otra vida.
Latías,
aún palpitas,
a frecuencias bien diferentes a las mías.
No esperaba menos.

A pesar del mareo,
no hubo grandes malentendidos.
Aprendimos a escucharnos,
me amoldé a ti,
me quitaste velos,
y me sorprendí acurrucada en tus noches.
Riendo
en dialectos desconocidos,
dejándome ser
a las orillas de este río que te baña,
donde hoy también
naufragan mis suspiros.

Dejaste de ser coordenada,
para ser rincones, gentes y anécdotas,
que ya por siempre me acompañan.
Y aunque me vaya con los bolsillos llenos de historias,
sé que me dejo otras tantas,
-no me caben más en el pecho-
y tengo por cierto que queda quien sabrá aprovecharlas.

¿Quién sabe si volveré a respirarte?

aunque vuelva,
no tendrás ya la misma fragancia.
Yo tendré más versos a la espalda
y quizá, quizá hasta arrugas.

Gracias
por compartir conmigo tus colores,
me voy,
te llevo en mi lienzo.

F.G.D.

Relatos 5

Tormentas del Mediterráneo

Noche en vela
de truenos y centellas,
luz del cielo,
distinta a las estrellas.

Alumbra caras,
despierta miedos,
oscurece la mente
y ciega lo bueno.

Indiscriminados caen
algunos prendiendo
arrasando bosques
la envidia y los celos.

A.J.

Relatos 4

Vivimos la obsesión por el desapego.

Evitamos entrelazarnos,
odiamos depender,
aborrecemos la desnudez del abandono,
huimos de la vulnerabilidad del rechazo.

No queremos exponernos a los elementos:
a las tormentas de llanto,
a los inviernos de la despedida,
a los huracanes de los enfados,
a las sequías de la soledad.

No desear, para no sufrir.
No ilusionarse para no decepcionarse.
No pasear es la mejor forma de no perderse.

Y yo quiero entrelazarme,
que se me metan por dentro las personas.

Por la frente,
por la espalda,
por el oído, por la sonrisa,
por los ojos, el gusto, los gestos,
por la risa, por las manos, por los abrazos,
hasta el pecho y toda la piel.

Por las cañas, por los viajes, por los conciertos.
Por los susurros y las notitas en clase,
por las cartas manuscritas,
incluso por los e-mails, los chats y el telegram.
Por asambleas, por manis,
por jornadas, por charlas, por ferias,
porque sí.

No fundirme, no.
No confundirme, no.
Sí entretejerme.
Sí trenzar, urdir, hilar.

Hacernos nudos de momentos, crear tejidos de historias.
Saber que hay un yo y hay un tú.
Que tú eres tú y yo soy yo.
y que yo soy yo en relación a vosotras
y vosotros.

Que no existen “yoes” y “túes” separados.
Que bebemos unas de otras mucho más de lo que pensamos.

No quiero prevenir, quiero arriesgar.
Vivir lo momentáneo y hacerlo eterno.
Y si toca curar, ya curaré,
no me asustan las heridas.

Me asusta que la vida pierda luz, obsesionada por evitarlas.

Nuki Feminazgul

Relatos 3

Educado entre ecuaciones para acumular dinero

y nadie que enseñara a mantener al lado lo que quiero.

 

[…]

 

He vuelto a cambiar por estar donde quiero estar.

Solo quise volar, abandonar la ciudad.